La admiración no es más que la otra cara de la envidia, la que no hace daño, la que no corroe.
-De la suma de instantes en que creces,del círculo de imágenes del año, retengo un mes de espumas y de peces ,y bajos cielos líquidos de estaño tu cuerpo que en la luz abre bahías al oscuro oleaje de los días.
-Se disipa el instante sin moverme,yo me quedo y me voy: Soy una pausa.
-Un mundo nace cuando dos se besan.
-La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver.
-Desde el primer día nuestra vida es una sucesión de encuentros, seguidos de despedidas hasta la despedida final.
-El deseo es más vasto que el amor pero el deseo de amor es el más poderoso de los deseos.
-En toda despedida late implícita, la esperanza de un nuevo encuentro. Nadie, al decir adiós, se atreve a decir que es para siempre.
-Y sin decir todo, decir todo lo que hay que decir.
-Paradoja: nada más natural que el deseo sexual; nada menos natural que las formas en que se manifiesta y se satisface.
-El peligro de ciertos libros no está en ellos mismos sino en las pasiones de sus lectores.
-La palabra... acorta las distancias que nos separan y atenúa las diferencias que nos oponen.
-Las casas y los hombres no tienen ya valor: Tienen precio.
-La lectura de un poema no se hace con los ojos sino con todos los sentidos.
-El lenguaje es una dimensión inseparable del hombre.
-Es saludable no tomar en serio ni a los demás ni a uno mismo. No lo es perderse el respeto y perdérselo a la gente.
-Callamos no porque no tengamos nada que decir sino porque no sabemos cómo decir todo lo que quisiéramos decir.
-El hombre es el único ser que se siente solo y el único que es búsqueda de otro.
-El deseo nace con la distancia.
-Todos los amores son desdichados porque todos están hechos de tiempo.
-Lo maravilloso no se hereda se conquista.
-Aceptar nuestros errores con entereza (...), es el regreso a la salud y el principio de la sabiduría.
-Ningún ser humano es enteramente transparente ni para los otros ni para él mismo.
-La mucha luz, es como la mucha sombra: No deja ver.
Cada poema es único, en cada obra late,
con mayor o menor grado, toda la poesía.
Cada lector busca algo en el poema,
y no es insólito que lo encuentre:
Ya lo llevaba dentro.
"Sitios en donde el tiempo no transcurre, valles que sólo mis labios conocen, desfiladero de la una ... Patria de sangre, única tierra que conozco y me conoce, única patria en la que creo, única puerta al infinito."
La tarde circular es ya bahía en su quieto vaivén se mece el mundo.
En el centro de un ojo me descubro
no me mira,
me miro en su mirada.
Desecha estrella de agua se anegó en mi ser. Por buscarte poesía en mí naufragué.
¿Palabras? Sí de aire y en el aire perdidas.
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