-Las malas acciones siempre reciben el castigo merecido, aunque a veces los caminos del destino sean un poco tortuosos.
-A medida que un hombre cambia, también lo hacen sus sueños.
-A medida que un hombre cambia, también lo hacen sus sueños.
-Y una dama es una dama, incluso en el infierno.
[...] Cada cual se ocupaba sólo de su pellejo, apartando la vista cuando los golpes llovían sobre el prójimo. La gente se había vuelto tan brutal e insensible como al acabar la guerra. Entonces en Helsinki uno debía tener cuidado con su cabeza, pues los soldados que se habían licenciado después de pasar cinco años en el frente andaban haciendo andaban haciendo de las suyas por toda la ciudad, borrachos como cubas. Pero, ¿De qué guerra salían los sinvergüenzas de ahora?
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