“La libertad y la simple belleza son demasiado buenas para dejarlas pasar.”

“La libertad y la simple belleza son demasiado buenas para dejarlas pasar.”

lunes, 25 de marzo de 2013

Charles Bukowski

Charles Bukowski, Andernach, Alemania; 16 de agosto de 1920 - Los Ángeles; 9 de marzo de 1994.

Incluso las discusiones más inútiles siempre fueron algo espléndido y esas difíciles palabras que siempre temí decir pueden decirse ahora : Te amo.

Yo no analizo jamás, me limito a reaccionar... yo ando con todos mis prejuicios. Jamás intento mejorarme o aprender algo. No soy uno que aprende, soy uno que evita.

¿No le parecen repugnantes los borrachos? - Sí, la mayoría lo son. Al igual que la mayoría de los abstemios.

El dinero es como el sexo, parece mucho más importante cuando no se tiene.

Era un cabrón sanguinario con un maravilloso sentido del humor. Se dio cuenta de que básicamente, ninguna vida tenía valor excepto la suya.


Tal vez escribir fuese una forma de quejarse. Sólo que algunos se quejaban mejor que otros.

Marie: te amo; eres muy buena conmigo. Pero debo irme, no sé exactamente por qué; estoy loco supongo. Adiós.



El dolor era para mí sólo como la mala suerte: lo ignoraba. 

Escribía: para salvarme el culo, para salvarme del manicomio, de las calles, de mí mismo. Una de mis antiguas novias me gritó: - ¡Bebes para escapar de la realidad!- Por supuesto, querida - le contesté. Yo tenía la botella y la máquina de escribir. Yo quería un pájaro en cada mano, a la mierda con los que estaban volando. 

Pero, de algún modo, el repetir las viejas historias una y otra vez parece que las acerca a lo que uno cree que fueron.

No me parecía bien que se juzgara a un hombre desde fuera de ese modo. Yo preferiría mil veces juzgar a un hombre por la forma en que habla y actúa.

Era una especie de enfermedad triste, 

de tristeza enferma, 

en la que llega un momento en que 

ya no puedes sentirte peor. 

Creo que sabes lo que quiero decir. 

Creo que todo el mundo siente

eso de vez en cuando.

Pero yo lo he sentido muy a menudo, 

demasiado a menudo.

Si ocurre algo malo, bebes para olvidar, si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo, y si no pasa nada, bebes para que pase algo...

Me gustan las personas desesperadas, 

con mentes rotas 

y destinos rotos. 

Están llenos de sorpresas 

y explosiones...

Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado; Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple.

El culo es la cara del alma del sexo.

Me echó una de esas miradas que se reservan para los idiotas de cuarta categoría.

Hicimos el amor. Hicimos el amor en medio de la tristeza.

Hubo un poco de música; la vida parecía entonces un poco más agradable, mejor.

¿qué demonios saca un hombre de pensar?, sólo problemas.

El alma libre es rara, pero la identificas fácilmente cuando la ves.

Tuve la sensación de que podía caer dentro de aquellos ojos.

Es increíble lo que un hombre tiene que llegar a hacer sólo para poder comer, dormir y vestirse.

Eso era todo lo que un hombre necesitaba: esperanza. Era la falta de esperanza lo que hundía a un hombre.

La gente no necesita amor, lo que necesita es triunfar en una cosa o en otra. Puede ser en el amor, pero no es imprescindible.

A mí siempre me han puesto cachondo las resacas, no para besar ni chupar, sino para echar un polvo sin contemplaciones.

Hay en mí algo descontrolado, pienso demasiado en el sexo. Cuando veo una mujer me la imagino siempre en la cama conmigo. Es una manera interesante de matar el tiempo en los aeropuertos. Parece una historia sobre sexo y borracheras, cuando en realidad es un poema sobre el amor y el dolor.

Hicimos una parada para comprar licor, hielo y cigarrillos, luego regresamos al apartamento. Su única copa había puesto a Cecilia soltando risas y hablando sin parar. Ahora estaba explicándonos que los animales también tenían alma. Nadie se lo discutió. Era posible, lo sabíamos. De lo que no estábamos tan seguros era de si la teníamos nosotros.

Mientras los hombres veían el fútbol o bebían cerveza o jugaban a los bolos, ellas, las mujeres, pensaban en nosotros, concentrándose, estudiando, decidiendo, si aceptarnos, descartarnos, cambiarnos, matarnos o simplemente abandonarnos. Al final no importaba, hicieran lo que hicieran, acabábamos locos y solos.


Estaba constantemente cachondo y me masturbaba continuamente. Le hacía el amor a Lydia y luego por la mañana volvía mi casa y me masturbaba. El pensamiento del sexo como algo prohibido me excitaba más allá de toda razón. Era como un animal aplastando a otro hasta la sumisión. Cuando me corría sentía como si fuera en la cara de todo lo decente, blanca esperma resbalando por las cabezas y almas de mis padres muertos. Si hubiera nacido mujer seguro que hubiera sido prostituta. Como había nacido hombre, anhelaba constantemente mujeres, cuanto más guarras mejor. Y sin embargo las mujeres, las buenas mujeres, me daban miedo porque a veces querían tu alma, y lo poco que quedaba de la mía, quería conservarlo para mí. Básicamente deseaba prostitutas porque eran duras, sin esperanzas, y no pedían nada personal. Nada se perdía cuando ellas se iban. Pero al mismo tiempo soñaba con una mujer buena y cariñosa, a pesar de lo que me pudiera costar. De cualquier manera estaba perdido. Un hombre fuerte pasaría de ambos tipos. Yo no era un hombre fuerte. Así que continuaba bregando con las mujeres, con la idea de las mujeres.

A mí cada vez que alguien me hablaba me entraban ganas de tirarme por la ventana o de escapar en el ascensor. La gente, simplemente, no me resultaba interesante. Quizá no tenía por qué serlo. Pero los animales, los pájaros, incluso los insectos lo eran. No podía entenderlo.

¿Por qué no te buscas un trabajo decente?— No hay ningún trabajo decente. Si un escritor abandona la creación, está muerto.— ¡Oh, vamos, Carl! Hay millones de personas en el mundo que no trabajan en la creación. ¿Quieres decir que están muertas?— Sí."

Qué raro ¿verdad?
que dos personas tan diferentes
puedan hacerse tan felices.


Estaba siempre muy alegre o muy deprimida. Para ella no había término medio. Algunos decían que estaba loca. Lo decían los tontos. Los tontos no podían entenderla.
La chica más guapa de la ciudad

Mira , vamos a plantearlo de esta manera: para mí , tú eres la número uno, y ni siquiera hay número dos.

Me sentí enfermo, inútil, triste. Yo estaba enamorado de ella.

Entiéndeme. No soy como un mundo ordinario. Tengo mi locura, vivo en otra dimensión y no tengo tiempo para cosas que no tienen alma. 


Lo único que puedo decirles es que hay miles de millones de mujeres en este mundo, ¿verdad? Algunas están bien. La mayoría están bastante bien. Pero de vez en cuando la naturaleza produce un fenómeno salvaje, hace una mujer especial, una mujer increíble. Quiero decir que la miras y no puedes creértelo. Todo en ella es un movimiento ondulante perfecto, azogue, es como una serpiente, le miras un tobillo, le miras un codo, le miras el pecho, le miras la rodilla y todo se funde en un ser impresionante, provocador, con unos ojos bellísimos que sonríen, la boca un poco hacia abajo, los labios como si estuvieran a punto de soltar una carcajada ante tu indefensión. Y saben cómo vestirse y su pelo largo incendia el aire. ¡Demasiado! ¡Maldita sea, demasiado!

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