El alto consumo de plástico en nuestra vida cotidiana ha traído graves consecuencias en nuestro planeta desde hace ya largo tiempo, sobre todo para las especies que lo habitan y nuestros océanos.
El 80% del plástico que consumimos termina en nuestros mares, encontrándolo hasta en 10.000 metros de profundidad. La durabilidad del plástico hace que se encuentre regado por todo el planeta, desde África hasta la Antártida, siendo necesario realizar acciones para cambiar el rumbo de nuestra historia.
Ante toda esta situación, es de vital importancia salvar la vida de nuestros mares y de los ecosistemas, vitales para la sobrevivencia de las especies que lo habitan.
Las especies marinas son las más afectadas, reduciendo así considerablemente su número, e incluso extinguiendo a la propia especie como consecuencia de la contaminación. Solo el 9% del plástico se recicla, por lo que debemos priorizar aún más esta tarea.
Hace 500 años que Cervantes nació, y hace 400 años que Galileo Galilei dijo que la tierra era redonda, el mismo tiempo que una botella y unos cubiertos de plástico tardan en degradarse. Hace 75 años terminó la Guerra Mundial, los mismos años que tarda un vaso desechable en degradarse.
Resulta un poco paradójico, como la playa es uno de los lugares favoritos de mucha gente, y que la visitemos sin reflexionar acerca de que la contaminación podría acabar con ella, perdiendo toda su belleza por nuestra falta de interés y responsabilidad por el planeta.
Para cambiar el curso de las cosas, es necesario que empecemos por la parte que nos corresponde. Si todos ponemos nuestro granito de arena para lograr este objetivo, lograremos el cambio que necesitamos. Además, los gobiernos deben hacer conciencia, implementar buenas prácticas, campañas de concientización y promoción del cuidado de nuestros recursos naturales, de la preservación de las especies, del reciclaje; así como planear estrategias que beneficien nuestro entorno y el de los animales.
Tenemos una gran ventaja a nuestro favor: las nuevas tecnologías, con ellas podemos promover la implementación de proyectos con tecnología verde, recolectores de basura inteligentes, entre otras ideas que puedan ayudar con los problemas ambientales de nuestro planeta.
Muchas veces, estamos más preocupados por otras situaciones en nuestro pequeño mundo y no nos damos cuenta que el planeta en el que vivimos puede desaparecer por nuestra causa cuando menos lo esperemos. Hasta entonces, ya no habría porqué preocuparse de todo lo demás.
Estoy convencida que no vinimos al mundo para contaminarlo, sino para hacer de éste un mejor lugar para vivir. Tenemos que sumarnos al cambio, que solo unidos podremos lograr.
Desde tu casa recicla los envases, paquetes, vasos, bolsas de plástico; separa la basura, recicla las tapas de los envases y todo lo que ayude un poquito a mejorar nuestro hogar. Hay mucho que podemos hacer, todo pequeño esfuerzo, suma.
Enseña a tus hijos, y éstos mismos, los animales y el planeta entero te lo agradecerán. Tú mismo podrás seguir disfrutando de todo lo que la madre naturaleza nos ofrece y es nuestro deber moral cuidar de ella.